El futuro es nuestro refugio ante la feroz
competencia de nuestros antepasados.
La única objeción al matrimonio científico que
merece una atención definitiva, es sencillamente que
tal cosa sólo podría ser impuesta a inimaginables
esclavos y cobardes. Yo no sé si los casamenteros
científicos tienen razón o no la tienen cuando dicen
que la intervención médica produciría hombres
fuertes y sanos. Yo sólo estoy seguro de que, si así
fuese, el primer acto de los hombres fuertes y sanos
sería aplastar la intervención médica.
Hay otro linaje de escépticos muchos más
terribles, si cabe, que los que creen que todo es
materia; todavía queda el caso de aquel escéptico
para quien todo se reduce a su propio yo.
El hombre puede ser un escéptico sistemático;
pero entonces no puede ser ya ninguna otra cosa; y
ciertamente tampoco un defensor del escepticismo
sistemático.
Nadie puede usar la palabra progreso si no tiene
un credo definido y un férreo código moral… Porque
la misma palabra "progreso" indica una dirección; y
en el mismo momento en que, por poco que sea,
dudamos respecto a la dirección, pasamos a dudar en
el mismo grado del progreso.
La educación es por lo menos una forma de culto
de la voluntad, no de cobarde culto del hecho.
Las verdades se convierten en dogmas desde el
momento en que comienzan a ser discutidas.
Uno de los extremos más necesarios y más
olvidados en relación con esa novela llamada
Historia, es el hecho de que no está acabada.
Una de las grandes desventajas de la prisa es
que lleva demasiado tiempo.
El ahorro es poético, porque es creador: el
derroche no es poético, porque es destructor.
Los iconoclastas hicieron muchas más estatuas de
las que destruyeron.
En el asombro hay siempre un elemento positivo
de plegaria.
La teología es el pensamiento aplicado a la
religión; y los que prefieren una religión sin
pensamiento no tienen por qué desdeñar a los que
tienen gustos más racionalistas.
No tiene importancia que maldigamos al vecino,
siempre que no nos admiremos a nosotros mismos.
Entrar en el terreno de los hechos es entrar en
el mundo de los límites. Las cosas pueden
emanciparse de ciertas leyes accidentales o
pegadizas, pero no pueden escapar a las leyes de su
naturaleza. Se puede libertar a un tigre de su
jaula, pero no de su piel manchada.
La afirmación de que los mansos poseerán la
tierra está muy lejos de ser una afirmación mansa.
Es improcedente hablar de reforma sin hacer
referencia a la forma.
La habilidad moderna no consiste en esconder la
emoción, sino en afectarla.